La descentralización educativa | Actividad de Reflexión y análisis nº7
Con la aprobación de la Constitución de 1978 se aprobaron las autonomías, y con ello la independencia en ciertas decisiones con respecto a sus modelos educativos. A día de hoy son muchos quienes reclaman una educación nivelada entre todas las comunidades.
Muchos son quienes piden, por ejemplo, una prueba de acceso a la Universidad igual para todos los optantes, ya que hoy en día esta es distinta en cada autonomía.
Si bien es cierto que se debería llegar a un acuerdo central para que la educación fuese igual en toda la geografía española, también es verdad que hay casos en los que se requieren otros métodos, otros contenidos, e incluso otras asignaturas. Claro es el ejemplo de aquellas autonomías que tienen una lengua cooficial que convive con el español: la enseñanza de esta será básica para los alumnos de esas autonomías, mientras que para un alumno que viva en un ambiente monolingüe no tendrá la necesidad de acceder a ese tipo de enseñanza.
También es importante que los alumnos conozcan con más detalle la zona en la que viven: su historia, su música popular, su literatura, variaciones en el lenguaje, su geografía, etc. Ese tipo de educación solo se puede dar si se da algo de libertad a las autonomías para decidir algo más el contenido.
Es muy importante que los alumnos españoles, sean de donde sean, tengan los mismos derechos y las mismas obligaciones, que su curriculum sea lo más parecido posible y que salgan formados todos de una forma eficaz para el desarrollo de su vida futura.
Con respecto a la educación en casa, bien es cierto que puede ser una buena forma de que el alumno, al recibir una educación más a medida, desarrolle aquellas cualidades en las que tiene más disposición, pero el sistema educativo español no está preparado actualmente para sostener ese tipo de educación, no hay una legislación eficaz que garantice la buena educación ni el seguimiento del estudiante.
En mi opinión, además, si es el progenitor quien educa, las barreras entre el papel docente y el papel de padre se pueden difuminar, creando una figura influyente en el adolescente o niño que puede ser ambigua.
Muchos son quienes piden, por ejemplo, una prueba de acceso a la Universidad igual para todos los optantes, ya que hoy en día esta es distinta en cada autonomía.
Si bien es cierto que se debería llegar a un acuerdo central para que la educación fuese igual en toda la geografía española, también es verdad que hay casos en los que se requieren otros métodos, otros contenidos, e incluso otras asignaturas. Claro es el ejemplo de aquellas autonomías que tienen una lengua cooficial que convive con el español: la enseñanza de esta será básica para los alumnos de esas autonomías, mientras que para un alumno que viva en un ambiente monolingüe no tendrá la necesidad de acceder a ese tipo de enseñanza.
También es importante que los alumnos conozcan con más detalle la zona en la que viven: su historia, su música popular, su literatura, variaciones en el lenguaje, su geografía, etc. Ese tipo de educación solo se puede dar si se da algo de libertad a las autonomías para decidir algo más el contenido.
Es muy importante que los alumnos españoles, sean de donde sean, tengan los mismos derechos y las mismas obligaciones, que su curriculum sea lo más parecido posible y que salgan formados todos de una forma eficaz para el desarrollo de su vida futura.
Con respecto a la educación en casa, bien es cierto que puede ser una buena forma de que el alumno, al recibir una educación más a medida, desarrolle aquellas cualidades en las que tiene más disposición, pero el sistema educativo español no está preparado actualmente para sostener ese tipo de educación, no hay una legislación eficaz que garantice la buena educación ni el seguimiento del estudiante.
En mi opinión, además, si es el progenitor quien educa, las barreras entre el papel docente y el papel de padre se pueden difuminar, creando una figura influyente en el adolescente o niño que puede ser ambigua.
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